Homer Dávila | A estas alturas del siglo XXI el neologismo América Latina se ha extendido por el mundo entero a pesar de ser falaz y conllevar tras de sí el recuerdo histórico de cómo el mundo anglosajón protestante y francés empleó todos sus recursos en destruir al imperio español y con ella a la hispanidad. Ya veremos más adelante que América Latina será una herramienta eficaz en manos de las incipientes potencias protestantes contra el mundo hispano al grado de llevarnos a la situación actual.
¿Cuándo nace y quién creó el neologismo América Latina?
En 1836 el político socialista francés Michel Chevalier creó el neologismo América Latina luego de haber viajado a Estados Unidos y México en una misión para su gobierno en la cual los franceses planteaban copiar el modelo económico y político de las trece colonias británicas ya emancipadas desde hacía 60 años.
Chevalier creyó ver en México y EE.UU. la huella de dos supuestas civilizaciones, una sajona y protestante y la otra latina y católica. Como bien lo señala Rubén Torres, Chevalier advirtió:
«Una sajona y protestante, laboriosa, de raza blanca, apegada y respetuosa de las instituciones que ella misma iba creando, pero discriminadora y rechazadora de todo lo que es diferente a ella, menospreciante de las otras culturas y con un destino manifiesto claro; la otra América era latina, católica, de raza mestiza, europea pero bárbara a la vez (el Facundo de Sarmiento), sin reconocimiento ni respeto para las instituciones endebles que se están conformando, pero sin miedo al otro, le gusta conocerlo, confrontarlo, enseñarle y aprender de él. Se trata de una idea muy romántica de la latinidad versus una idea muy pragmática de lo sajón.»
Las afirmaciones de Chevalier quedaron recogidas en un documento titulado Lettres sur l’Amérique du Nord publicado en 1836, donde además se deja entre ver una incipiente pero fuerte idea de racismo, la cual va tomar una forma más científica y academicista en Inglaterra gracias a la tergiversación de la obra El Origen de las Especies de Charles Darwin publicado en Londres en 1859.
Hay que tener en cuenta que para los años en que hace aparición el neologismo América Latina, la emancipación de las Provincias españolas había tomado lugar desde el 10 de agosto de 1809, cuando lo que hoy es Ecuador se autodeclaró independiente de España. América Latina hace aparición en el mundo cuando los primeros años de vida republicana de las antiguas Provincias españolas estaban sin un rumbo claro y debido a ello no fue extraño que sus élites estuvieran tan desorientadas al grado de que acogieran a Inglaterra o Francia como sus modelos a seguir; por ello es que próceres como José de San Martín, Bernardo O’Higgins o Simón Bolívar adoptasen la moda inglesa o bien aprendieran el inglés o el francés como segunda lengua, además de mantener fuertes lazos de sometimiento con estas dos naciones o bien con los EE.UU. quien ya empezaba a expandirse por América gracias a una radicalización del racismo anglosajón que heredó de Inglaterra.
Hay que tomar en cuenta que tras la emancipación de las trece colonias inglesas en Norteamérica, Occidente empieza a vivir un estado de agitación importante. Ya el imperio español da indicios de tambalearse y poco a poco se irá derrumbando, luego de la ocurrencia de una de las mayores carnicerías que ha visto el mundo llamada Revolución Francesa (1789) y luego con la aparición del genocida imperialista y genocida francés Napoleón Bonaparte en 1804 quien se autoproclama Emperador de un supuesto imperio que nunca fue tal, llevando a Francia a invadir militarmente a España, Egipto, Prusia, Austria entre muchos otros. Así mismo, cometiendo atrocidades en Haití y la isla Guadalupe donde ordenó el asesinato de más de 100 mil personas, la encarcelación disidentes políticos y la prohibición expedita del matrimonio mixto.

Luego de que Chevalier crease América Latina, aparece en escena otro francés, esta vez en 1850 el mercantilista Benjamín Poucel publica sendos panfletos que hacen un llamado a que Francia intervenga en América pues el avance del imperialismo anglosajón de EE.UU. está representando que poco a poco Francia deje de ser la potencia mundial. Ni lerdo ni perezoso Napoleón III, un sobrino de poco talle de Bonaparte se cree la fantasía de poder subyugar Hispanoamérica, primero empezando por México. Estas acciones se desarrollaron entre 1862 y 1867 y fue la segunda gran interferencia de Francia luego de su primera (1808) intervención en Hispanoamérica junto con Inglaterra lograr destruir el imperio español dando como resultado la emancipación de los actuales países hispanos, incluido Filipinas.
¿Por qué el neologismo América Latina es un error?
Bien, es necesario indicar que los países de América que se emanciparon del Imperio Español no son latinos, sino hispanos. Para comprender un poco más a cabalidad esto, es necesario acogernos a los conceptos desarrollados por Gustavo Bueno acerca de los imperios, diferenciando claramente a los imperios depredadores de los generadores. Un imperio depredador básicamente es uno que utiliza la tenología, el conocimiento, la ciencia, la lengua y la filosofia para exterminar a los habitantes de las tierras ocupadas mientras extrae la mayor cantidad de beneficios materiales en el tiempo en que dura su ocupación. Este es el claro ejemplo de Inglaterra, EE.UU. Holanda, Alemania y Francia. Estos imperios al ser depredadores jamas mezclan su sangre con la de los nativos a los cuales subuygan a través de diversas formas como el pago de impuestos, el sistema bancarios, la apropiación indebida de bienes, y en extremo los campos de concentración y el asesinato en masa, como ejemplo de ello los episodios llevados a cabo en EE.UU. contra los indígenas o bien en Alemania contra los judíos y otras minorías.
Diametralmente opuestos al modelo depredador, se encuentran los imperios generadores, los cuales aunque si bien es cierto obtienen riquezas de los nuevos territorios a los cuales llegan, tienen la capacidad de compartir la tecnología, ciencia, conocimiento, lengua, cultura y filosofía con los habitantes nativos. Así por ejemplo, los habitantes de Hispanoamérica son hispanos porque genéticamente son descendientes de la mezcla de indígenas y españoles, claro está, que en 500 años se han sumado algunas genes de otros pueblos, como es el caso de algunos países de Sudamérica como Chile, Uruguay, Argentina o Brasil, siendo estos en menor porcentaje, pues predomina la mezcla entre indígena y español.

El caso de los países de Hispanoamérica es evidente que sus raíces son españolas e indígenas, por tanto es lógico que el vocablo hispanoamericano se entienda como Español de América, porque efectivamente es lo que es. Los hispanoamericanos somos españoles de América con una pequeña diferencia con los españoles peninsulares.
Decir que América Latina existe y que por tanto somos latinoamericanos no solo es un error histórico, sino además una falsedad, ya que ni culturalmente ni idiomáticamente somos latinos. Latino era el habitante de Lacio que hablaba latín y que tuvo su mayor auge durante el Imperio Romano. Ahora bien, hay quienes argumentan que somos latinos por el hecho de que Roma conquistó la Hispania (año 218 antes de Cristo) y que por tanto nosotros al descender de los españoles hemos de ser latinos. Este argumento por sí solo carece de rigurosidad, puesto que si fuese cierto, entonces tendríamos que aceptar que toda la humanidad es africana porque como ya se sabe, el Homo sapiens provino de un ancestro en común que apareció en África hace 315 000 años. Como se ve, este argumento ni siquiera puede ser tomado en serio.
En Hispanoamérica somos hispanos porque descendemos de españoles e indígenas, además nos comunicamos con la lengua de Cervantes, la ideología racista no tiene cabida en la hispanidad, sino tan solo en el mundo anglosajón protestante. Sólo en contados episodios de la historia el racismo ha hecho su aparición en Hispanoamérica y ha sido gracias a la migración de ideas racistas provenientes de Francia, Inglaterra o Alemania a finales del siglo XIX y principios del XX en países como Argentina, Uruguay o Chile, donde al menos en los dos primeros, sus élites se jactan de no poseer sangre indígena y autoproclamarse descendientes de europeos; expresando la idea no tácita de que lo europeo es superior y mejor a lo indígena y a lo hispano.
También hay que recordar que la obra de España en America muy a pesar de la Leyenda Negra fue la de civilizar a las poblaciones locales, con las cuales compartió su tecnología, lengua, ciencia, filosofía, religión y cultura. También sería un error decir que los habitantes de Hispanoamérica son 100% indígenas, puesto que siempre hubo mezcla de sangre, a veces más a veces menos, pero siempre hubo y todavía se mantiene.
La necesidad de volver al hispanismo
De los hechos más importantes que arroja la hispanidad es su doctrina, la cual aún no está muy clara para muchos. Así por ejemplo, dicha doctrina confirma que la hispanidad no es amiga del comercio, pero tampoco su enemiga. Entiéndase con ello que la hispanidad nunca ha tenido el problema que posee el protestantismo anglosajón, el cual en aras de un materialismo en excesiva defensa del comercio, ha llevado a tasar la vida humana, pues para Lutero y Calvino, Dios juzga al hombre por sus obras materiales producidas por el trabajo. La evolución de la teología luterana da como resultado el idealismo alemán que provocó las dos guerras mundiales y una carnicería tremenda, y arroja como un último resultado la visión moderna del comercio, donde las potencias anglosajonas buscar sacar el mayor beneficio al trabajo humano, ya no sólo físico sino además intelectual. Veamos por ejemplo el caso de las maquilas tecnológicas de ensamblaje o bien los centros de servicios donde las potencias depredadoras se aprovechan del recurso humano desarrollado por los países en la periferia, obtienen la mayor cantidad de beneficios del país hospedero, pagan salarios en una moneda extranjera que sus mismos gobiernos imprimen y al final del negocio hay cero transferencia tecnológica hacia el país que acoge la maquila.

Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo desarrolla la teoría de que la teología protestante se diferencia de la católica en la forma en cómo se ve el trabajo, la riqueza y la pobreza. Con ella es posible comprender porqué desde hace poco más de un siglo en Occidente los países más ricos materialmente son protestantes y los menos ricos o pobres son católicos. Lo que nunca dijo Weber es que trescientos años de teología protestante darían origen al racismo, al idealismo anglosajón, al comercio de esclavos y a las dos guerras mundiales arrastrando consigo a millones de vidas humanas a la muerte.
En este sentido, es necesario que el neologismo América Latina empiece a ser desechado para dar paso al vocablo correcto que es Hispanoamérica y se trate a los habitantes de la región como hispanos, hispanoamericanos, españoles de América o bien, si deseásemos incluir a Brasil podemos llamarlo como Iberoamérica e hiberoamericanos.
Hoy nadie osa a criticar al Commonwealth, la comunidad de naciones o pueblos explotados por Inglaterra que siguen bajando la cabeza ante la Reina inglesa, pero sí hay voces disidentes que llaman el Descubrimiento de América por Almirante Colón como un genocidio. ¿Por qué? Esto se conoce como la Leyenda Negra Española y ya lo he tratado en otro artículo el cual invito a leer aquí. Hay que tomar en cuenta que en la actualidad hispanoamérica está sometida a muchas influencias que nada tienen que ver con la hispanidad y por ello anda dando tumbos de fracaso en fracaso, por no voltear sus ojos a la doctrina hispanista. Así de esta forma, América Latina sigue siendo un arma muy eficaz para los imperios depredadores quienes utilizan la estratagema de comprar a las élites de la región con sobornos y esto ha representado ser el germen que ha llevado la corrupción a toda la hispanidad. Preguntémonos por un instante ¿Quién fuera de Hispanoamérica se beneficia con la corrupción en la región?. Evidentemente los principales beneficiarios son aquellas naciones que fuera de la hispanidad hacen negocio con estas élites, y como si fuese coincidencia, los que más abunda son las empresas de las potencias anglosajonas.

El hispanismo tiene mucho que ofrecer no solo a Hisopanoamérica, sino además al mundo. Por ejemplo, desechando el racismo, anteponiendo la vida humana ante el comercio, permitiendo la libertad económica con medida y asegurando la paz social, pues por mucho que se le quiera criticar a la hispanidad, jamás esta ha sido capaz de engendrar aberraciones como la Revolución Francesa, las dos guerras mundiales o el holocausto judío. ¿Acaso no es suficiente? El problema es que la hispanidad ha sido radicalizada hacia la izquierda, olvidando que el principal bien que defiende la doctrina hispana es el ser humano.
La vuelta a la doctrina hispanista no ocurrirá hasta tanto no empecemos a llamar las cosas por su verdadero nombre, Hispanoamérica por América Latina, e hispanoamericanos por latinos.
¿Quiere saber más? Te recomiendo consultes la siguiente bibliografía
- Bueno, Gustavo. España frente a Europa. 2019.
- Bueno, Gustavo. Panfleto contra la democracia realmente existente: (más un artículo y siete rasguños sobre la democracia). 2020.
- Roca Barea, María Elvira. Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español . 2016.
- Torres Martínez, Rubén. Sobre el concepto de América Latina ¿Invención francesa?. 2016.
[…] H. (2021) ‘”América latina” no existe’, 21 June. Available at: https://hdavila.com/2021/06/21/america-latina-no-existe/ (Accessed: 27 June […]
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